La fertirrigación, consiste en proporcionar a la planta el fertilizante disuelto en el agua de riego, distribuyéndelo uniformemente, para que, prácticamente, cada gota de agua contenga la misma cantidad de fertilizante.
Con la fertirrigación, se entrega el «alimento» a las plantas en forma óptima, de modo que éstas pueden aprovecharlo inmediatamente y no tenga que pasar un tiempo relativamente largo en que el fertilizante se disuelva en el suelo y alcance la profundidad de raíces.
La fertirrigación está tan asociada a un sistema de riego por goteo que el no instalar un equipo de fertirriego en ellos, es como comprar un televisor en colores y solo usarlo en blanco y negro. Cuando se confecciona una fórmula de abonado, se pretende satisfacer las necesidades del cultivo a lo largo de todo su ciclo de desarrollo, con el fin de poder obtener de él la máxima producción, aportando usualmente los tres elementos principales: nitrógeno, fósforo y potasio, pero cada día se está tendiendo más a proporcionar, además y siempre que sea necesario, los llamados elementos secundarios: azufre, magnesio y calcio. La preparación de dicha mezcla fertilizante, aunque no es un asunto complejo, requiere de algunas consideraciones básicas y cálculos matemáticos mínimos, así como el conocer ciertas características de los equipos y fertilizantes a usar, razón por la cual, se hace necesario al menos ejemplificar dicho procedimiento, mostrando los cálculos básicos para fertirrigar.
Autores: Marco Antonio Bello
María Teresa Pino
Editora: INIA Chile