Fresa blanca el nuevo cultivo de las berries.
Una nueva berry ha empezado a cosecharse en Huelva y se ha convertido pronto en una de las protagonistas de esta actual campaña de frutos rojos por la atención que está recibiendo. Se trata de la fresa blanca, conocida también como pineberry, muy demandada y altamente valorada en Japón, aunque ya puede encontrarse en los mercados de Madrid.
Todavía estamos sorprendidos por el enorme interés que han despertado nuestras fresas blancas, a raíz de una publicación en nuestras redes sociales. ¡Es una locura!”, manifiesta Carlos Masiá, director de marketing de la empresa onubense Masiá Ciscar, la cual, a modo de prueba, ha plantado media hectárea de Florida Pearl, como se conoce esta variedad, que está comercializando por primera vez este año con éxito. No sé si somos los primeros que estamos plantando esta variedad en Huelva, pero sí los primeros que hemos apostado por ella con volúmenes comerciales”.
“Nos gusta estar en continua innovación para con nuestros clientes. Aunque la fresa blanca ya existe desde hace años, recientemente vimos la oportunidad de abrir una línea de negocio en el segmento gourmet. Aunque lo que más llama la atención es su color blanco, dada la falta de pigmentación en su pulpa, es una fruta muy jugosa, de textura suave y un sabor que para algunos tiene acentos de piña”, explica Carlos Masiá.
A nivel agronómico, las fresas blancas son menos productivas que las convencionales rojas, con menos gramos por planta, de acuerdo con el productor y comercializador. Su piel también es más sensible a roces y golpes, que se hacen más notorios por su color blanco. De momento estamos trabajando su cultivo de una forma similar a las fresas convencionales, aunque nos hemos dado cuenta de que es más delicada”.
En estos primeros compases de campaña, Masiá Ciscar está vendiendo las fresas blancas en el mercado nacional, sobre todo en mercados mayoristas que abastecen a tiendas de alimentación gourmet y, en menor medida, al canal horeca. Sus precios son superiores a los de la fresa convencional. “Vemos que el consumidor español es muy receptivo a nuevos productos con valor añadido. Ya hay cadenas de supermercado que nos están pidiendo esta fresa, a modo de prueba. Aunque estamos vendiendo de momento solo en el mercado nacional, a partir de este mes dispondremos de mayores volúmenes e intentaremos realizar también exportaciones. Estamos muy contentos y, si funciona como esperamos, el año que viene apostaremos por ampliar la superficie”.
Apuesta cada vez mayor por la primera parte de campaña gracias a nuevas variedades tempranas premium
Masiá Ciscar tiene su propio centro de I+D en el que desarrolla sus propias variedades de fresa y otros frutos rojos. Una de sus últimas novedades su variedad de fresa temprana Palmeritas.
“Estamos muy contentos con el desempeño de esta variedad, que está presentando una calidad premium y por la cual estamos obteniendo precios por encima de la media del mercado en este primer tramo de campaña. Estamos haciendo muchas líneas premium también con variedades como Leyre, catalogada como ‘extra sweet’, en mercados como el inglés, entre otros”, señala Carlos Masiá.
Vemos que, al igual que nosotros, existe una tendencia a apostar por variedades tempranas, ya que lo que ocurre con las producciones europeas nos influencia bastante, a partir de la primavera. Estamos trabajando en una nueva variedad temprana que de momento está en nuestros campos de ensayo y que seguramente estará lista para ser lanzada la próxima campaña. Tiene muy buena pinta; de hecho, podría ser incluso mejor que Palmeritas”, avanza.
De momento, a estas alturas los precios de la fresa se están defendiendo bien. “A partir de este mes empiezan a subir los volúmenes, aunque el frío ha frenado un poco la producción”, indica Carlos Masiá. Aproximadamente el 50% de sus ventas se destinan al mercado nacional. Lo demás se exporta a países del centro y norte de Europa, mayormente.
“Luchamos por hacer un producto sostenible. El 100% de nuestra producción se lleva a cabo con lucha biológica, mediante sueltas naturales de insectos depredadores para el control de plagas y para asegurar a nuestros clientes un producto libre de residuos y respetuoso con el medio ambiente. Por esto, en pocas semanas nuestra energía procederá de placas solares”, concluye Masiá.