El oro verde”, “fruta del pobre”, “tesoro bajo las espinas”, “el dromedario del mundo vegetal” y “la planta del futuro”, “planta sagrada” y “árbol monstruoso”, son solamente algunos de los epítetos usados para describir la planta y la fruta del nopal (Arias Jiménez, 2013).
Estos nombres denotan la importancia de los nopales en el trabajo y la vida de las personas, describen su tolerancia a la sequía y altas temperaturas, y su adaptabilidad a suelos pobres. Sin embargo, todavía
existen posibilidades de desarrollo y mejoramiento.
• Efecto invernadero. El incremento de la concentración de CO2 y otros gases en la atmosfera conducirá a una mayor distribución de la especies y e incremento de la productividad rebasando niveles previos
(Nobel y García de Cortázar, 1991). El aumento en las plantaciones de nopal podría ser parte de una estrategia para aliviar la acumulación de CO2 en la atmosfera. Las plantaciones de nopal pueden funcionar no únicamente como reservas de agua, sino como reservas de carbono en regiones áridas y semiáridas donde el clima es errático. En este tema se
requiere más investigación.
• Diversidad vegetal. El conocimiento más reciente sobre los patrones evolutivos del nopal, es insuficiente para delimitar los temas de límites genéricos e identificación de especies. La integración de datos moleculares, morfológicos y biogeográficos generaría una imagen más clara de las relaciones entre los géneros y una fuente más confiable de información biológica acerca de la diversidad de esta famili excepcional (Chessa, 2010).
• Mercado. Desde el siglo XVI las opuntias – principalmente los nopales – han sido usados en la agricultura de subsistencia en numerosas comunidades de América, África, Asia y Europa. Sin embargo el
consumo de tuna continúa restringido a ciertos mercados étnicos locales y existe exportación limitada.
Excelente articulo, muchas gracias por compartir.