I. ORIGEN DE LA PIÑA.
Es originarla de América del Sur, posiblemente del Brasil o del Paraguay; a la llegada de los Españoles, estos encontraron la Piña ya domesticada y
ampliamente cultivada por los aborígenes, los cuales sembraban varios tipos y como su forma le recordaba la fruta del pino, la nombraron Piña, aunque su verdadero nombre de origen Guaraní, es Ananá, de donde proviene su nombre científico.
II. REQUERIMIENTOS AGROECOLÓGICOS. CLIMA
El clima afecta la calidad de la fruta tanto en la composición de azúcares y
ácidos, como en la susceptibilidad del producto al daño por frío.
Condiciones adecuadas:
A. TEMPERATURA.
Requiere temperas de 15 °C a 35 °C. Temperaturas más bajas o más altas reducen notablemente el crecimiento de las hojas y la floración, maduración y calidad del fruto.
B. PRECIPITACIÓN PLUVIAL.
Debido a sus características morfológicas, la planta de piña es poco exigente a la precipitación, ya que toma el agua de la humedad atmosférica, lo que confiere gran capacidad de resistir épocas secas; no obstante, se produce bajo regímenes de mucha precipitación. Aunque la piña tolera períodos relativamente largos de sequía, la falta de agua cuando se establece la siembra y en el inicio de la formación de la flor y de la fruta, retarda el crecimiento y reduce el tamaño de la fruta. En zonas de mucha lluvia, la calidad del fruto es pobre, ya que su contenido de azúcar es bajo y la acidez alta. Por lo tanto lo adecuado para la piña es de 500 mm. – 2 500 mm.
C. ALTITUD.
Se produce en elevaciones entre el nivel del mar y 900 m.s.n.m. A mayores altitudes, la fruta producida tiende a ser más ácida y menos dulce; incrementos de la temperatura ambiente y la luz solar pueden provocar una reducción de la acidez de la fruta y mayor sensibilidad al daño por frío.