El tomate es un cultivo de alto valor que tiene potencial para mejorar su eficiencia de uso de P. Si bien el fósforo (P) es un nutriente esencial, los suministros son finitos y gran parte del suministro de P en los suelos agrícolas no está disponible después de la aplicación debido a reacciones como la absorción del suelo, la inmovilización o la precipitación.
La disponibilidad baja en P da como resultado un crecimiento reducido, por lo que las plantas pueden movilizar P unido al suelo alterando la morfología de la raíz, exudando compuestos derivados de la raíz o formando simbiosis con microorganismos. Esta revisión analiza la importancia del P en plantas y agroecosistemas, la respuesta dentro de la planta a los cambios en la disponibilidad de P y las estrategias para mejorar la eficiencia de adquisición de P (PAE).
Las formas de fósforo fluctúan en el suelo y los enfoques potenciales para aumentar la reserva disponible de P pueden centrarse en procesos como la desorción, la mineralización o la disolución de compuestos P precipitados.
Para mejorar estos procesos, las raíces pueden alterar su disposición espacial, exudar protones para acidificar la rizosfera, exudar carboxilatos para solubilizar el P unido, exudar fosfatasa para mineralizar P orgánico o mejorar la simbiosis con microbios nativos. Un PAE alto permite el uso de P del suelo acumulado en lugar de depender de la aplicación de fertilizantes para satisfacer la demanda de los cultivos.