Como aprender a fertilizar con este manual gratis.
La fertilización es una práctica insustituible en la actividad agraria, consistente en reponer al suelo aquellos nutrientes que se van agotando por la propia extracción de los cultivos. Los fertilizantes representan uno de los principales insumos de la producción agraria, por lo que el uso eficiente constituye una importante fuente de ahorro y de reducción de los impactos medioambientales.
Así, una fertilización excesiva, no ajustada a las necesidades reales del cultivo, ya sea por cantidad, tipo de abono o época de aplicación, puede provocar problemas por lixiviación de nitratos, eutrofización de aguas y emisiones de gases de efecto invernadero, además de un gasto innecesario que no repercute en un incremento equivalente de la producción.
Del mismo modo, una fertilización insuficiente acarrea no sólo una reducción en el rendimiento del cultivo sino también una pérdida de la fertilidad del suelo.
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A lo largo de los siglos, se han llevado a cabo numerosos descubrimientos que han permitido avanzar en el conocimiento de la nutrición vegetal. El agricultor inicialmente se cambiaba de lugar a medida que iba agotando la tierra y, ya en la época de los romanos, comenzó a utilizar el estiércol para dar “calor” al suelo, como cuenta Plinio el Viejo en alguna de sus obras.
En el siglo VIII se estableció un régimen de rotaciones de cultivos, en el que se dejaba descansar la tierra e introducía una leguminosa. También, se fueron mejorando las labores, lo que permitió mantener el escaso rendimiento de los cereales.
En 1577 Van Helmont intentó averiguar de donde procedía el peso de las plantas. Para ello, plantó una rama de sauce en un recipiente de tierra, que pesó tras secar en una estufa. Después de 5 años, en los que la tierra
no había recibido más que el agua de lluvia, el sauce había crecido y pesaba 167 libras. Al final del ensayo volvió a secar la tierra, la pesó y comprobó que sólo había perdido 2 libras, llegando a la errónea conclusión de que al menos 165 libras procedían “exclusivamente” del agua.